Artículo elaborado por el Dr. Ramón Chehade del IPDU, publicado por el Diario El Comercio el 4 de Julio de 2009
Un grupo de instituciones privadas de los Estados Unidos de Norteamérica preocupadas por los 158 millones de nuevos ciudadanos que engrosarán su territorio para el 2050, ha decidido tomar acción y planificar la atención de todas aquellas necesidades que deberán ser satisfechas para procurar una convivencia ordenada y sostenible, dando especial énfasis al desarrollo de una nueva infraestructura vial, a la creación de nuevas fuentes de energía y a un uso más racional del suelo a fin de atender su futura e inevitable demanda. Esta iniciativa privada se denomina “América 2050”.
Emprendimientos de esta naturaleza han permitido identificar la existencia de una nueva escala de geografía territorial, las megaregiones, conformadas por aquellas grandes áreas metropolitanas que comparten ecosistemas, fuentes de energía, han desarrollado estrechos vínculos económicos y comparten también diversos medios de transporte que las interconectan entre sí.
Es en planeamientos de esta naturaleza donde los planificadores urbanos toman verdadera conciencia de la gran importancia de que la gente trabaje cerca del lugar de donde vive, al igual que sus hijos estudien en centros cercanos a sus domicilios, buscándose asegurar también que los principales servicios requeridos por la población se ofrezcan a distancias razonables, pues la reducción en los tiempos de traslado genera importantes ahorros en combustible, dinero y especialmente en horas hombre generando eficiencia en una sociedad cada vez más comprometida con el cuidado del medio ambiente y deseosa de disfrutar de una mejor calidad de vida.
El desarrollo de nuevas redes de infraestructura vial también es una cuestión que adquiere especial importancia en urbes donde la explosión demográfica ya empieza a revelar que los pronósticos de crecimiento poblacional vienen perdiendo vigencia ante el incremento de una población cada vez más demandante de servicios de transporte público modernos y eficientes. Al respecto, la asociación América 2050 busca imitar por ejemplo el eficiente sistema español de trenes por haber demostrado ser una solución eficaz al problema del transporte público además de ser una alternativa moderna, ecológica y segura.
En 1950, Lima ya albergaba a su primer millón de personas. En el año 2000, dormían en nuestra capital alrededor de siete millones de habitantes y se estima que para el 2050 nuestra capital cobijará a más de dieciocho millones de personas.
En América 2050 no solo se identifican los problemas que genera el crecimiento poblacional, sino que se plantean soluciones viables y se viene trabajando sobre ellas. La previsión en el desarrollo y planificación territorial de las ciudades se denomina urbanismo, un término poco empleado en nuestro medio y con el que si no comenzamos a familiarizarnos hoy en un esfuerzo conjunto de autoridades y sociedad civil, volveremos cada vez mas inhabitable nuestra capital, perdiendo calidad de vida y competitividad como ciudad, permitiendo que el desorden y el caos urbano terminen por enquistarse en nuestro medio. Está en nuestras manos que Lima tenga un rostro diferente para el 2050. Tenemos cuarenta años para trabajar en ello. Ojalá que el tiempo nos alcance.