Jugoso botín. En seis meses bandas extorcinaron por lo menos a 14 obras.  Federación afiliada a la CGTP marchó ayer al Ministerio del Interior para exigir intervención de la Policía. Titular del pliego ofreció iniciar operativos.

Un negocio muy rentable representa para las mafias que se infiltran en el sector de construcción civil extorsionar a empresarios de Lima.  En solo seis meses habrían arrebatado más de cuatro millones de soles a los concesionarios y encargados de las obras civiles.

 

El secretario del Sindicato de Lima de la Federación de Trabajadores de Construcción Civil del Perú (FTCCP), Buenaventura Vera, aseguró que en seis meses los extorsionadores consiguieron cupos en al menos cuatro obras de gran inversión y en otros diez proyectos de mediana envergadura. Han reunido un botín de por lo menos 4 millones 360 mil soles.

 

¿Cuáles son las obras? Vera respondió esta pregunta sin dejar de recordar los 30 muertos que ha causado la intervención de las mafias. En Lima, grupos delincuenciales extorsionaron a responsables de las obras en los proyectos Lima Plaza Norte, el intercambio vial Habich-Panamericana Norte, parte del proyecto del corredor vial Vía Expresa-Panamericana Norte y la Nueva Planta de Tratamiento de Huachipa. 

 

Buenaventura Vera explica que los delincuentes piden el 1% o 2% del total del valor de la obra, además obligan a los empresarios a pagarles a 4 o 6 falsos empleados de seguridad, a quienes denominan ‘chalecos’. A ellos les pagan mil soles semanales.

 

“Apenas sale una gran obra, ellos localizan al propietario, al concesionario y al ingeniero. Saben dónde viven y los amenazan si no aceptan pagar los cupos”, relató Mario Huamán, máximo dirigente de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP).

 

Sin dudas, Huamán acusó a Carlos Roncagliolo (a) ‘Colchón’ y a Augusto Ramos Dolmos (a) ‘Cholo Dolmos’ de ser los cabecillas de las principales bandas de extorsionadores de la labor civil de Lima y Callao, cuyos enfrentamientos son mortales.

 

Marcha al Mininter

Huamán aseguró que, además de los cupos de los empresarios, la mafia muchas veces les pide dinero a los propios trabajadores de las obras, a quienes saca entre 30 y 40 soles semanales. “Si no pagan, los matan”, testimonió.

 

Por eso, cansados de abusos y del peligro constante al que se exponen, integrantes del gremio de Construcción Civil, afiliado a la CGTP, marchó al Ministerio del Interior. Allí sus dirigentes, encabezados por Huamán, se entrevistaron con el titular del pliego Octavio Salazar y solicitaron medidas urgentes para detener la violencia.

 

“El ministro Salazar se comprometió a reanudar la mano firme para mandar a estas personas donde deben estar, en la cárcel”, comentó a su salida del Mininter, donde ingresó con Olmedo Auris, vicepresidente de la CGTP, y Buenaventura Vera, además del congresista nacionalista Daniel Abugattás.

 

Han muerto 49

Desde el año 2008 hasta el momento, 49 personas han perdido la vida por enfrentamientos entre las mafias de la construcción. Solo el año pasado murieron 30 y en lo que va del año han perecido 6.

La última víctima ha sido Jhonatan Oseas Sánchez, quien fue asesinado el sábado de un balazo en la cara en medio de una pelea.

 

“Ellos son los delincuentes”

El secretario general del otro sindicato, nueva Federación de Construcción Civil, de filiación aprista, Augusto Ramos Dolmos, se defendió de las acusaciones de Huamán y señaló que varios dirigentes de la CGTP tienen antecedentes penales. “Buenaventura fue detenido por actos de extorsión y estuvo en el penal San Jorge”, afirmó.

 

Ramos dijo que Huamán los acusa de extorsionadores porque pierde representatividad, y que ellos son los que agremian a los verdaderos obreros. Agregó que la actuación de la CGTP está contaminada por la política. “Su imperio está politizado”, aseguró.

 

Fuente: Diario La República

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