La edificación demandó una inversión de 1,500 millones de dólares, pese a las deudas del emirato
Dubái inauguró el edificio más alto del mundo en una ostentosa ceremonia que buscó ponerle una sonrisa a sus profundos problemas de deuda, mientras muchos se preguntaban si la torre Burj Dubai corona la gloria del emirato o si se será su última alegría.
El rascacielos de 1,500 millones de dólares tendrá 200 pisos y aunque los funcionarios aún no han revelado la altura exacta, excederá al mayor más alto hasta el momento por unos 300 metros (1,000 pies).
Pero las dudas sobre los 100,000 millones de dólares que debe el emirato, que han convertido a su bolsa en una de las de peor desempeño del mundo, eclipsaron tanto la ceremonia como el alarde de la constructora, Emaar Properties , de que el Burj anuncia un nuevo amanecer.
“El temor de Dubai es que el evento sea recordado como un segundo ataque de irreverencia”, dijo David Butter, director regional de Economist Intelligence Unit para Oriente Medio y África del Norte.
El primer ataque fue en noviembre del 2008, dos meses después del colapso de Lehman, cuando Dubái gastó 24 millones de dólares en la ceremonia de apertura del hotel Atlantis, un evento que resaltó el gusto por la extravagancia e hizo creer que la crisis económica global no era tomada en serio.
La constructora Emaar dice que los precios de las propiedades ahora se han estabilizado, con lo que contradijo las amplias expectativas de más problemas en el sector.
“Tienes que preguntar: “¿Por qué construimos todo esto?”. Para traer calidad de vida y sonrisas a la gente y creo que deberíamos seguir haciéndolo”, dijo Mohamed Alabbar, presidente de Emaar, la mayor desarrolladora inmobiliaria del mundo árabe que cotiza en bolsa.
“Las crisis van y vienen,” expresó Alabbar a los periodistas. “Construimos para los años por venir (…) Tenemos que tener esperanza y optimismo”, añadió.
Pero los inversionistas no se entusiasmaron.
Las acciones de Emaar cerraron la rueda con un derrumbe del 3.4%, con lo que arrastraron al índice referencial de Dubai a una caída de un 2.6%.
“Este es el punto cúlmine del momentum de Dubái y no solo de Emaar”, dijo Saud Masud, jefe de investigaciones de UBS.
“Probablemente es el fin de los megaproyectos de Dubái por los próximos años, mientras el emirato trata de racionalizar sus recursos y busca construir de nuevo la economía de algún modo u otro”, dijo.
Fuente: Reuters